En alguna ocasión
el amigo Manuel me ha invitado a escribir alguna cosilla sobre asuntos dispares y, hoy, he encontrado algo que, de verdad, me ha llamado la atención.
Realmente son tres
cosas, a saber :
He pasado unos
días fuera de Madrid, la verdad, en un sitio en el que prácticamente me he
criado, pero, nunca lo había visto como esta vez. Supongo habrá sido por la
quemazón inherente al trabajo actual, o porque necesito un cambio en mi vida. Si
me dicen de levantar el puesto e irme para allá, tardo lo que tardo en hacer la
maleta y recoger los trastos.
Aún teniendo que soportar las molestias
relacionadas con las modas (botellones, hablar a gritos, que es lo que mola, y
ver todas las paredes manchadas con “el arte” de escribir cosas que, normalmente,
son ininteligibles-con lo cual no entiendo la ventaja de manchar muros,
cierres…), ¡¡QUE MARAVILLA !!
Aunque estés
trabajando, tienes tiempo de acercarte a casa de tus padres a ver cómo están
hoy o, “… ¿que si te vienes a tomar una cañita antes de comer? Pero, ¿no estás
trabajando? Sí, pero hasta las cinco…” Si es que lo más lejos, en el peor de
los casos está a 20 minutos, andado claro, después te has salido al campo.
La gente, como mi
primo, por ejemplo, tiene tiempo de dar clase, pintar y hacer escultura, dar la
barrila al ayuntamiento para que le cedan un localillo para poder exponer,
limpiarlo, restaurarlo, cantar en un grupo, además de estar con la familia (que
además es una maravilla: una madre excepcional y pintora, claro, no podría ser
de otra forma, y dos hijos fantásticos, músicos de talento, también claro), y
etc, etc.
No sé si tendrá
relación la tranquilidad de la vida fuera de las ciudades con la cantidad de
talento e inquietud que se desarrolla en las pequeñas ciudades y pueblos.
Si es que esto de
las grandes capitales, no…
Además de para
romper las lanzas que hagan falta a favor de la vida en los pueblos –quien
dice pueblos, dice ciudades
“manejables”- escribo esto porque me
gustaría que conocieras la obra de mi primo que comentaba antes. Pintor,
escultor, escritor y músico con buena imaginación e inventiva,
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Oleo
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Con varios objetos de
reciclaje.
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Obra realizada con
material reciclado (latas, nueces y tapones)
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Realizada con papel (de
publicidad).
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Ya lo puedes ver
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Direcciones para poder
conocer algo más a este artista :
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No podía tampoco
dejar pasar la ocasión para hacer mención a una persona encantadora con,
también unas dotes artísticas que no necesitan comentario, porque ya las podéis
ver. Pepi Moreno Martínez que además de ser un encanto y una artista, rebosa una sensibilidad y una
paz que envuelve todo su entorno. Pepi, un besazo.
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Fijaos que paz y que
remanso de tranquilidad en el Patio de los Naranjos de la Mezquita.
Casi se puede notar la
calidez del Sol al atardecer.
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El desagradable tránsito
violento de la muerte pero, con serenidad.
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Así es exactamente la
campiña cuando se cubre de nieve.
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Desafortunadamente no
dispongo de direcciones para que podáis conocer algo más la obra de esta artista.
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Recapitulando un
poco y en una sola frase: “Me quiero ir a vivir a Baena” (que hasta
ahora no había dicho el sitio).
Si no tenéis la
suerte de conocerlo, os lo recomiendo, sin pasión de madre como diría aquel. En
serio, no dejéis pasar la ocasión de conocerlo. Está a sesenta kilómetros de
Córdoba, en la campiña, donde se puede casi nadar en la extensión de olivar
sobre cerros y llanos. Perderse en las calles de la Almedina, pasear por un
parque centenario, dejarse atronar por los miles de tambores y el colorido de
la Semana Santa, admirar las ruinas romanas de Torreparedones y en
resumen vivir el embrujo de la Córdoba Sultana, se puede encontrar en el sitio.
Espero no haber
sido demasiado plúmbeo, pero lo importante era poder asomarnos a una población y al arte de la gente, que sin ser famosos, esta cargado de sentimiento y talento.
Gracias
Manuel por cederme este espacio.
Un abrazo.
Kike