Llevaba varios años, creo recordar que unos 4, sin pisar Galicia por problemas para conseguir tener unas vacaciones como están mandadas.
Pero el pasado puente de Octubre, el del Pilar, apovechamos que me pillé uno de mis (muchos) días de vacaciones pendientes para irnos por allí a disfrutar de un lugar estupendo para desconectar y descansar.
Y la verdad es que nos salió genial la jugada, ya que aunque al salir de Madrid nos diluviaba (y tela cómo estaba la A6 de agua en su tramo más nuevo de 6 carriles), al entrar en Segovia la lluvia fue parando hasta que al llegar a Vigo nos encontramos con un día más propio del inicio de la Primavera que del Otoño.
Tiempo que se mantuvo durante los 4 días que estuvimos allí, mientras que curiosamente en el resto de España no paraba de llover y a muchos se les aguaba el puente por el mal tiempo.
Y es que eso de que en Galicia siempre llueve no es del todo cierto, y en Primavera y Otoño aún se pueden disfrutar de días estupendos en un entorno único.
Os dejo algunas de las fotos que saqué en esos días, hechas con el móvil (el Samsung Spica), donde se puede apreciar el buen tiempo que nos hizo y que en Madrid tendremos muchos centros comerciales y autovías, pero allí tienen un entorno natural que vale mucho más.
Vistas de la Ría de Vigo desde la casa de mi tío, al fondo las Islas Cíes.
Como podéis ver, allí se vive en plena naturaleza, nada que ver con el paisaje que tenemos aquí habitualmente
Un tradicional horreo gallego, este en concreto lo hizo mi tío con sus propias manos, es todo un artesano.
Este porche también lo ha hecho mi tío, sentarse ahí esos días del puente y disfrutar de una cerveza fresca a media mañana fue todo un lujo.
Como podéis ver la arquitectura es la tradicional gallega, nada de enormes bloques de (pequeños) pisos, o ridículos chalets adosados. Aquí cada uno tiene su espacio y puede disfrutar de un paisaje único.
Más vistas únicas.
El lunes aprovechamos para acercarnos a Vigo, al mercado de la piedra, aunque el día amaneció nublado
Pese a amanecer nublado, los bares del mercado estaban hasta arriba, las cajas de ostras caían a una velocidad de vértigo.
Pero al cabo de un rato ya había salido el Sol de nuevo y tuvimos un día genial.
Y el día se mantuvo despejado hasta el final del mismo
Y al final del día, de vuelta en casa de mis tíos, un anochecer impresionante.
2 comentarios:
Espero tener tanta suerte como tú con el tiempo. El día 23 salimos para Galicia. Visitaremos desde Santiago las rías altas y las bajas. y por supuesto nos acercaremos hasta Vigo a comer unas ostritas.
Un abrazo Manu
Pues a ver si tienes suerte, por lo menos que no os haga frío porque aunque llueva aquello se disfruta igual.
Disfrutar el viaje y la gastronomía.
Un abrazo.
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