A veces...

A veces te levantas y te sientes capaz de todo. Tan fuerte como Superman, rápido como Flash, imaginativo como Green Lantern...

Como si el mundo estuviese a tus pies, esperando que actúes para salvar el momento, disfrutar la gloria y llevarte a la chica.

Otros te despiertas como si fueras un villano, un loco megalomano dispuesto a acabar con todo lo conocido, al que todos quieren combatir.

Pero hoy tan solo alcanzo a sentirme como un estúpido miserable al que, en algún momento, engañaron con ilusorios sueños de absurda grandeza siempre negada, pisoteado por un montón de gilipollas ansiosos por su pequeña porción de mierda y un letrero en la puerta de despacho.

Puta vida.

1 comentarios:

Anónimo martes, 18 enero, 2011  

Manu has resumido en un pequeño parrafo mi paso por la empresa privada. Para evitar problemas, pasar desapercibido. NO es por ser negativo, porque hay de todo, pero he de decir que la mayor de las veces se premia mas al simpaticon pelotilla o a al familiar/allegado que a la persona con talento y capacidad. El mediocre por otro no supone una amenaza para los jefes.

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