A veces, y aunque no me guste, me siento como un Titán...
Pero no por lo fuerte (que ya quisiera), sino por el enorme peso de la responsabilidad y el trabajo sobre mis hombros.
Así, aunque con algo más de barriga... ;)
Y es que en estas fechas de vacaciones, en una época en la que la gente se toma un respiro para descansar y la plantilla queda mermada, sin que el trabajo deje de llegar a su habitual ritmo, uno tiene que asumir cosas que habitualmente delega y terminas con una gran carga sobre tus hombros.
Sobre todo cuando uno tiene la suerte de contar con dos joyas en su equipo, dos personas de total confianza, en las que poder delegar sin tener que volver a preocuparme por esos temas salvo si surge algún imprevisto.
Lo malo es cuando te faltan durante unos días y te toca tirar sin ellos.
Menos mal que sigo contando con gente muy válida que me ayuda, y que una de esas personas vuelve la semana que viene, y la otra una semana después.
