Estaba leyendo un artículo en Cotizalia, donde un analista de bolsa apunta que a estas alturas lo único que puede recuperar la economía es el consumo privado.
Y pensando sobre ello, me he acordado del Monopoly, ese juego de mesa que seguro que todos hemos tenido por casa.
¿Y por qué?... pues porque en el monopoly la dinámica de juego era la siguiente... los jugadores empiezan con una cantidad de dinero y van avanzando por el tablero pudiendo comprar propiedades, mejorarlas o pagando a otros por pasar por ellas.
Y esto se va haciendo una vez y otra, hasta que poco a poco unos van perdiendo todo lo que tienen mientras otros se van haciendo con la mayoría de las propiedades y el dinero hasta que solo haya uno que lo tenga todo.
Y ¿qué tiene esto que ver con el artículo?... pues que me ha hecho gracia que ahora se recurra al consumo privado para retomar el camino del crecimiento, cuando lo que ha sucedido es en parte similar a lo que pasa en el Monopoly.
Durante años, las empresas han crecido en beneficios, multiplicando sus cuentas de resultados de una forma no vista antes.
Pero esos beneficios NUNCA han repercutido en los trabajadores o clase media, que son los que al fin y al cabo mantienen el sistema de consumo en marcha.
Con la complicidad de los gobiernos (Aznar y Zapatero) se han falseado las cuentas del IPC para enmascarar la subida real de precios, y evitar que las empresas tuviesen (por sus convenios) que incrementar el salario de los trabajadores, de forma que los trabajadores han ido perdiendo año tras año su poder adquisitivo.
Esta realidad se ha enmascarado con la fiebre del crédito fácil que hemos sufrido, y con el hecho de que en cada hogar solían ingresarse dos salarios (hace años bastaba con uno solo).
Pero llegados a la crisis, resulta que los préstamos hay que devolverlos, que los jugadores tienen comprometidos gran parte de sus ingresos en devolver esos préstamos y por tanto no les queda dinero para seguir jugando.
Y como en el juego, quienes han acaparado casi todos los bienes descubren que cuando ya lo tienes todo, o casi todo, resulta que ya no hay gente que pueda pasear por tus calles o pagar por tus hoteles o casas. Así que en realidad, aunque crees tener mucho, resulta que no vale casi nada.
Moraleja: la economía es como un ecosistema, donde todos de retroalimentan... pero frágil, tanto que en el momento que uno decide no 'alimentar' a otros, el ecosistema empieza a morir.
Así que nada... que sigan pidiendo 'moderación salarial', que a ver quién les va a comprar sus productos.
Lo que nadie te contó del Monopoly, es que tras ganarlo todo el bigotón se quedaba en la ruina porque nadie ocupaba sus hoteles ni compraba sus casas...
2 comentarios:
Hay mucho de verdad en lo que dices. Cuando te quedas con todo y has "desplumado" al resto, te quedas más sólo que la una y más aburrido que una ostra... eso es lo que le pasa al del bigote del Monopoly...
Pero en la realidad actual es aún peor... porque al ver que no hay quién les compre los productos porque ya no hay nadie interesado porque nadie tiene dinero para hacerlo, cogen el dinero de todos y les dan un préstamo para que no se hundan a costa de los que los hemos enriquecido este tiempo... qué ironía
Pues sí, aún tiene narices que mientras unos se han llevado toda la pasta, los que estamos pillados tengamos que poner más para seguir dando pasta a los mismos...
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