Enseñar a comer.

Estaba viendo esta noticia en apezz:

Los españoles duermen poco, comen mal y hacen escaso deporte.

Sobre la noticia ya he dejado mi opinión en apezz:

gracias a los señores empresarios, esos que ahora lloran por el despido libre para solucionar sus problemas, tenemos jornadas absurdas con horarios absurdos como el de 'Oficinas' de 9 a 19h de Lunes a Viernes con 2h para comer.

Horario que supone levantarse a las 7 para arreglarse, levantar a los niños, dejarlos en el cole al desayuno o con los abuelos, para ir corriendo a coger nuestro sitio en el atasco de las mañanas... sí, atascos porque el sobresaturado Transporte Público no tiene capacidad para llevar más pasajeros, porque las empresas se van a 'Parques Empresariales' donde no hay transporte público y se niegan a ponerte una Lanzadera de empresa para que a tu hora de salir no tengas las excusa de 'me voy, que se me va el autobús'.

Sales a las 19h y te comes el mogollón del transporte público de vuelta a casa o el atasco de la tarde. Llegas a casa a eso de las 20h si tienes suerte y tu parienta ya ha recogido a los niños, o más tarde si tienes que pasar por casa de los abuelos a por ellos.
Dúchalos, prepara cenas, mételos en la cama... las 22h. Ahora ponte a cenar y luego aprovecha para hacer algo de vida... contarte qué tal el día, ver la tele, leer un poco y cuando te has dado cuenta son las 24h-1h y toca acostarse.

Así que claro que duermes poco... claro que comes mal (al mediodía un menú guarro en un restaurante, por la noche cualquier cosa porque estás hecho polvo) y ya me dirán ustedes cuándo coño te vas a poner a hacer deporte.

Tan solo hubo una época en que estaba descansado, hacía deporte y tenía tiempo... cuando estuve en un proyecto para un Ministerio y currábamos de 8-15h como los funcionarios.
A las 15.30h estaba en casa, comía y me echaba una siesta de 30m.
Antes de las 17h ya tenía tiempo para todo... recoger a los niños, irme a correr o jugar al baloncesto, que la parienta se fuera al gimnasio...

Pero no, sigamos con la mierda de jornada de 'españolitos', esa pensada para que el jefe (que no tiene vida personal) llegue a las 10-11h para no comerse el atasco y se largue a las 20h a su casa. Pero sobre todo, para que se crea que por estar en la oficina más allá de las 17h estamos trabajando más.

Pero el caso es que esta noticia me ha recordado a una conversación en la hora de la comida que tuve hace unos días.
Hablaba con mi compañero David sobre el tema de la obesidad, las dietas, los malos hábitos alimenticios y coincidíamos a pensar en que hacer una dieta es cuestión de:

• Voluntad
  


• Cambiar tus hábitos alimenticios
  


• Ayudarse con deporte.
  


• El ritmo de vida
  

Y terminamos con una idea en la cabeza... el actual ritmo de vida, en familias donde tanto el padre como la madre tienen que trabajar, nos ha ido llevando a insanos hábitos.
Entre estos, el hacer desayunos ligeros (cuando se supone que es la comida más importante del día) donde por las prisas se han ido sustituyendo los productos naturales por bollería industrial (altas en grasas hidrogenadas), comidas muy copiosas (en parte por el hambre acumulada desde la mañana) o el no poder hacer ejercicio por falta de tiempo.

Lo último es complicado de solucionar mientras no se racionalicen los horarios en España (donde tenemos horarios absurdos), pero el mejorar los hábitos alimenticios es algo que sí se puede ir adquiriendo desde la infancia.

Por ello, pensábamos... ¿y si el desayuno en el colegio en lugar de opcional fuera algo obligado para todos?
De esta forma los niños podrían desayunar más tranquilamente por las mañanas, con productos y dietas más sanas en lugar de los habituales bollos. Y lo mismo con la hora del comedor, que serviría para reforzar estos buenos hábitos.

Tampoco se lo que podría suponer esto en coste extra, pero creo que los beneficios de enseñar adecuadamente a los niños a comer bien desde pequeños hacen interesante afrontar esos gastos.

Igual si nos dejamos de gilipolleces autonómicas, de tanto coche oficial, tanta dieta diaria para los políticos y otros tantos y tantos gastos superfluos, resulta que la idea es totalmente viable y nos ayuda a formar a futuras generaciones más sanas.