Inesperada despedida.

Aunque mi propósito es mantener el blog al día, con un post diario... ayer tenía un buen motivo para no hacerlo.

Cada fin de semana, desde hace más de 10 años, juego al baloncesto en un equipo de aficionados.
Los compañeros son los mismos desde hace mucho tiempo... más que compañeros son amigos, y el equipo una excusa para quedar y vernos haciendo lo que más nos gusta... jugar al baloncesto.

Este fin de semana, sin embargo, al llegar al Pabellón para jugar el partido de la jornada, recibimos una mala noticia.

Esa misma mañana, en un partido de liga, un jugador de uno de los equipos que jugaba sufría un infarto y moría poco después tras ser trasladado al Hospital 12 de Octubre.

Ayer por la mañana recibíamos un email con una nota por parte de la organización, con el nombre del jugador...

Resultó ser un antiguo compañero y amigo, con el que jugué hace años en otro equipo. Una de esas personas con las que mantienes el contacto gracias al baloncesto y a verte en algún partido o momento de espera antes del partido...

Tenía tan solo 32 años y un suceso así nos ha pillado a todos por sorpresa.

He tenido la desgracia de perder a algunos amigos a temprana edad, pero pese a haberlo vivido ya antes uno nunca se acostumbra, y menos siendo alguien tan joven.

Estas cosas te hacen pensar y darte cuenta de cuán frágiles somos...

Y sobre todo, te hace apreciar cada momento de tu vida y cada momento que pasas con los tuyos, con tu pareja, tus familiares y tus amigos...

A 'Grego' le vi hace quince días, a la salida de un partido... nos saludamos, hablamos sobre la liga, sobre cómo iba cada equipo, qué tal estábamos... y nos despedimos con un 'hasta luego'.

Ahora, parece mentira que ya no vayamos a volver a encontrarnos. Que ya no vaya a verle de nuevo y charlar sobre el baloncesto y la liga...

Hasta siempre Grego, descansa en paz, te echaré de menos.