Pero es que el trabajo, el oficial y el no oficial que hay que ir haciendo en casa, apenas me deja tiempo para pensar. Así que si no puedo ni pensar, imaginaos sentarse delante del PC para dedicar algo de tiempo al blog y escribir algo decente.
Aún así, esta semana ha habido una noticia que me ha despertado las ganas de escribir algo.
Algunos, o la mayoría, no lo recordaréis pero hace unos cuantos años surgió un proyecto español que se anunciaba (a bombo y platillo, como correspondía a esa época de plena web 2.0) como el proyecto que revolucionaría la informática, mientras se iba presentando a diversos concursos y recibiendo menciones.
Ese proyecto era eyeOS, precursor de lo que luego se empezó a denominar Cloud (ahora tan de moda), y que presentaba un entorno de escritorio en un navegador web (en aquel momento algo muy novedoso).
Pues esta semana hemos sabido que tras muchas dificultades en los últimos años (por lo visto el año pasado perdieron 600.000€), un ere y no ver llegar ese éxito anunciado por tanto y tanto gurú de la blogcosa (aquella tan de moda hace años y que ahora parece desaparecida), finalmente la startup (¿se puede seguir llamando startup a una empresa con casi 9 años de vida?) ha sido adquirida por Telefónica.
Esto ha hecho que recuerde el caso Mobbuz y en especial la entrada que el maestro Fuckowski dedicó al tema: Mobbuz, Dans y la economía de la cancamusa.
Total, que este asunto que nos venden como “empresa pionera líder en el sector, súper viable y chiripitifláutica se ve obligada a cerrar por un cúmulo de desafortunadas circunstancias impensables sumadas a la dificultad de conseguir financiación en este país de envidiosos hijos de puta”,
Es que muchos (malos) emprendedores piensan que el triunfo consiste en llegar los primeros. No señores, el triunfo consiste en hacerlo lo suficientemente bien.
Aún reconociendo las cosas buenas que aportaba eyeOS en su día (hoy creo que se han quedado bastante atrás), creo que este caso vuelve a ser otro ejemplo de cancamusa que nos vendieron como éxito rotundo. Basta con tirar de hemerotecas y ver las entrevistas triunfalistas cuando aún no habían logrado más que llamar la atención (bueno, pero no suficiente), para darse cuenta de que nuevamente se vendió demasiado pronto la piel del oso.
Por desgracia creo que eyeOS nunca tuvo un modelo de negocio claro, y sus características pese a ser llamativas y meritorias en lo tecnológico, nunca fueron suficiente para poder convencer a sus posibles clientes.
Acceder a un escritorio virtual vía web, poder abrir documentos, visualizarlos e incluso modificarlos está muy bien, incluso pudiendo lanzar un Word virtualizado.
Pero ¿qué aporta hoy en un entorno en el que Google ofrece Drive con sus tools integradas vía web? ¿qué nos puede ofrecer que no podamos hacer con una tablet con QuickOffice y un servicio como Box o Dropbox?
Hoy tenemos movilidad, VPNs en casa o en los trabajos para acceder a redes privadas con total seguridad y acceder a nuestros recursos, dispositivos capaces de suplir en muchas cosas a un portátil.
Lo pensé en su momento y lo sigo pensando hoy, este tipo de entornos en web son llamativos pero nunca serán sustitutos de los entornos reales que podemos tener hoy en dispositivos portátiles (cada vez más habituales), donde además podemos trabajar incluso sin tener conexión a internet para sincronizar más adelante.
Quizás si hace unos años sus propietarios se hubiesen empezado a plantear todo esto, su propio modelo y su propio software, eyeOS podría haber buscado nuevas evoluciones. Pero me temo que se dejaron llevar por el triunfalismo, por el éxito y sobre todo por las malas compañías 'cancamuseras'.
Veremos si Telefónica es capaz de devolver a la vida este proyecto, o termina olvidado en algún cajón.
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